Mila en Berlín. Día 1.

28 de octubre de 2019. Curso en Berlín. Presentación y primera sesión.
                  Días antes de emprender mi Erasmus recibí el horario del curso y unas breves recomendaciones para su realización como, por ejemplo, la conveniencia de llevar un portátil o cualquier otro soporte parecido. Me llamó la atención que en el diseño del curso se alternaran los turnos, es decir, tres días recibiría mis clases por la tarde y dos por la mañana, más adelante entendería el motivo. El primer día las clases se impartirían en turno de tarde, en concreto en horario de 14.00 horas a 18.30 horas (un horario un tanto especial para una española, la verdad, pero todo fue acostumbrarse).
            Pues bien, por la mañana tuve tiempo de desayunar tranquilamente y de ir a la Escuela de Idiomas Carl Duisberg paseando. Para suerte mía, descubrí este primer día, que el hotel que había reservado se encontrada a 20 minutos andando de la Escuela. Digo “por suerte” porque el paseo que me esperaba todos los días tanto de ida como de vuelta no podía ser más hermoso. Desde el momento en el que ponía un pie en la calle, divisaba el Reichstag, en concreto la cúpula con la que Norman Foster coronó este edificio cargado de historia, una historia que siempre me apasionó y que ahora, de nuevo, podía revivir. En cinco minutos, después de cruzar un puente sobre el río Spree,  me encontraba en los edificios en los que se encuentran las oficinas y salas en las que trabaja Angela Merkel y compañía, edificios de cristales y metal que simbolizan la transparencia del gobierno alemán. Justamente enfrente de este complejo, majestuoso y firme, se alzaba el Reichstag, el gobierno alemán, aquel que fue incendiado en 1933 y que fue tomado como “prueba” por parte de los nazis de la conspiración contra el gobierno alemán por parte de los comunistas. Sin embargo, la teoría más firme mantiene que fueron los propios nazis los que provocaron el incendio para enaltecer el odio al comunista. Pues allí estaba, con su cúpula de cristal, enhiesto. A escasos metros del Reichstag me encontraría con el Tiergarten, un parque enorme que fue aprovechado por más de un aristócrata en siglos pasados como coto de caza y como lugar de paseo. En las alambradas del Tiergarten se encuentran las cruces blancas que recuerdan a aquellos que murieron en ese lugar al intentar escapar de la RDA saltando el Muro de Berlín, de cuya caída se celebraban 30 años. Efectivamente, al mirar al suelo observé de nuevo la huella del muro, para eso los alemanes han dejado una doble hilera de ladrillos en todo el contorno que ocupó el Muro de la Vergüenza. Curiosamente justo delante o detrás de los restos del muro, depende como se mire, se encontraba la Puerta de Brandenburgo, quizás el monumento más representativo de Berlín. Todos los días la cruzaría dos veces, un auténtico placer. Atravesando la puerta de Brandenburgo, Unter den Linden, Bajo los Tilos, una avenida que atesora los monumentos más importantes y representativos de Berlín. Pues allí estaba yo: en Unter den Linden. La Escuela Carl Duisberg se encontraba junto a escasos metros de la calle Friedrichstrasse, conocida, sobre todo, porque en ella se encuentra el Checkpoint Charlie, uno de los puntos de control de salida y entrada entre la Alemania oriental y la Alemania occidental. La localización de la escuela era todo un lujo.
Vistas del Reichstag desde el puente junto al hotel
Reichstag alemán
            
 Puerta de Brandenburgo
A las dos menos cuarto de la tarde llegué a la Escuela de Idiomas. Se encontraba dentro de un patio en el que la paz reinaba. Nuestros compañeros eran alumnos de un Kindergarten, es decir, de una guardería. Nos unía el mismo fin: descubrir cosas nuevas. 
Escuela Carl Duisberg
En la puerta se encontraban dos compañeros que ya me acompañarían hasta el final de esta andadura: José Manuel y José María, dos vascos que habían decidido solicitar el mismo curso que yo. Los tres nos hicimos la misma pregunta: “¿qué probabilidad hay de que tres españoles soliciten el mismo curso en la misma fecha y en el mismo lugar?”, ciertamente muy pocas pero cuál fue nuestra sorpresa cuando se acercaron a nosotros otros dos compañeros y nada más hablar no solo detectamos que eran españoles sino que los situamos geográficamente en el mapa de España: Granada. Efectivamente, cinco españoles en Berlín. De todas formas, las nacionalidades con las que nos relacionaríamos serían más: croatas, búlgaros, italianos, griegos… Nos unía la lengua que usábamos para comunicarnos: el inglés. Es curioso pero hasta entre nosotros, los españoles, hablábamos en inglés y no solo cuando estábamos con el resto sino también cuando estábamos solos. Llegamos a preguntarnos si era normal.
            Decidimos entrar en el edificio y llegamos al aula que tenía el nombre de un barrio de Berlín. Allí nos esperaba nuestra formadora: Ada Rigacci. Una vez todos dentro del aula, lo primero que hicimos en esta sesión fue lo que en el horario se denominaba Welcome and Practical info. Ada Rigacci se presentó y nos explicó la formación que tenía, su nacionalidad y por qué residía en Berlín. 
Después de presentarnos brevemente, Ada realizó una exposición mediante un power point de aspectos relacionados con ella, su formación y el lugar del que procedía. A continuación, todos hicimos lo mismo. Expusimos aspectos relacionados con nuestros centros y con el lugar en el que se encontraba nuestro centro. Aquí os dejo constancia de mi intervención. Estas exposiciones forman parte del punto denominado Introduction to the Course.

Presentación del I.E.S. ISLA DE LEÓN EN BERLÍN
            El tercer aspecto de nuestro horario fue Getting to know each other, para ello Ada nos propuso algunos juegos que perseguían el que nos conociéramos mejor y habláramos todos con todos. Por ejemplo, tuvimos que explicar a todos y cada uno de los integrantes del grupo un refrán de nuestra lengua pero en inglés, tuvimos que una palabra complicada de pronunciar en nuestra lengua y enseñarla a todos y cada uno de los miembros del grupo, etc… Por último, Ada nos repartió un reloj en blanco y tuvimos que citarnos con todos los compañeros en un lugar y hora determinados para hacer diferentes cosas. Todos estos ejercicios forman parte de lo que se denominaba  Warm up game. Lo cierto es que todos los ejercicios fueron efectivos.
            La segunda parte de la jornada fue mucho más académica. El objetivo principal era que reflexionáramos el motivo por el que queríamos realizar el curso. Lo curioso es que cuando empezamos a exponer nuestra decisión y nuestros motivos, todos coincidíamos en un aspecto: el método tradicional no funciona con la mayoría de los alumnos. Por lo tanto, la necesidad de buscar nuevas estrategias se hacía patente. Pero ¿qué estrategias? Para responder a esta pregunta había que responder a otras dos con antelación: ¿qué queremos enseñar? y ¿para qué?
            Después de exponer nuestras opiniones, Ada Rigacci realizó una exposición sobre el concepto de Flipped Classroom en la que dos aspectos llaman mi atención: los problemas del aprendizaje tradicional y el papel que el alumno desempeña en dicho método. Después de comentar, discutir y reflexionar sobre la presentación de Ada, llegamos a la conclusión de que lo que quizás haya que conseguir en el proceso de enseñanza-aprendizaje es la conexión entre la escuela o instituto y la vida real. De ahí, las preguntas ¿qué queremos enseñar? y ¿para qué sirve? 
            La Flipped Classroom es una metodología basada en el hecho de que es el propio alumno el que investiga y adquiere los contenidos. En este sentido, el profesor se convierte en un guía del proceso de aprendizaje y deja de ser un conferenciante; por lo tanto, el papel del alumnado debe ser totalmente activo y participativo. Partiendo de este concepto, en las sesiones posteriores profundizaríamos en la manera de llevar esto a buen puerto. No olvidemos una cuestión: en mi caso elegí este curso para motivar a los alumnos de Educación Permanente. Mi objetivo era buscar estrategias, metodologías o innovaciones educativas que me pudieran ayudar a conseguir este propósito.
            Para finalizar la sesión de este día, Ada nos presentó algunos instrumentos que podíamos usar en nuestras clases mediante el empleo de las TIC: Kahoot, Quizzizz, Socrative, Google Classroom… Estas palabras, ajenas a todos hoy, se nos harían familiares en los días posteriores.
            Con estas nociones se dio por concluida nuestra primera sesión del curso. Al día siguiente nuestro horario sería por la mañana. Esto unido al hecho de que había sido un día muy excitante hizo que nuestra decisión fuese regresar dando un paseo al hotel pero una sorpresa me esperaba: ¡era totalmente de noche! En esta época del año a las cinco de la tarde es noche cerrada. Todo tiene su parte buena: vería ahora los monumentos que me acompañaron de día con la luz nocturna.

Comentarios

Entradas populares