Mila en Berlín. Día 3.


BERLÍN, 30 de octubre de 2019. Tercera sesión.

                  Hoy la sesión se impartiría por la tarde. Así que a las 2 de la tarde, acostumbrada parcialmente, estaba en la Escuela Carl Duisberg preparada para seguir profundizando en los conceptos del día anterior. No obstante, hoy la sesión se iba a centrar en el PBL (Project-Based Learning).
                  En primer lugar, la ponente nos pidió que expusiéramos lo que conocíamos como PBL. Mis colegas granadinos lo tenían claro porque habían trabajado mediante proyectos varios cursos. Cuando terminamos las exposiciones me di cuenta de que lo que, en general, se entiende como “proyecto” no era de lo que en Berlín estábamos hablando. Un proyecto no consiste en hacer un mural con dibujos y una breve información sobre algo, por ejemplo.               
                  En segundo lugar, Ada nos expuso las ventajas y las desventajas de trabajar mediante proyectos. La ventaja principal es que mediante la enseñanza basada en proyectos consigue crear en el alumnado autonomía, creatividad (recordemos que es lo más complicado), dotes de liderazgo pero también capacidad de trabajo en grupo, etc… Todo esto implica un aumento en la motivación del alumnado. Como desventaja todos coincidimos en lo mismo: ¿qué hacemos cuando los alumnos no quieren hacer nada de nada? Esta pregunta ciertamente se quedó sin contestar. Quizás sean otros los que tengan que abordar este tema una vez que el profesorado ha agotado las vías que conoce. Todos coincidimos también en que el profesorado va en camino de convertirse en una especie de animador cultural y que en esto no podía consistir la enseñanza. Obviamente todos los que estábamos en Berlín queríamos cambiar nuestra metodología pero éramos profesores y queríamos enseñar, no entretener.
                  Trabajamos en primer lugar la forma de aumentar la motivación en los alumnos mediante el PBL. En este sentido, existen herramientas mediante el uso y sin el uso de internet que nos pueden ayudar. Nos llamó la atención el hecho de que en algunos casos se utilizaran los móviles como herramienta de trabajo y Ada nos explicó que había lugares que tenían inhibidores que permitían el uso de estos dispositivos.
                  En segundo lugar, Ada empezó a explicar cómo se realizaba un PBL pero lanzó la pregunta y empezamos a trabajar en grupo para descubrir cuáles eran los pasos: primero hay que realizar una pregunta con una respuesta no evidente. Con esto se pretende aumentar el interés de alumnado para que se cuestione conceptos o situaciones. A partir de aquí, podemos empezar a utilizar las herramientas de la clase invertida (flipped classroom). 
                  El trabajo que debe realizar el profesorado que trabaje mediante PBLs es enorme. El profesor pasa de ser un conferenciante para ser un coordinador. Por lo tanto, debe preparar material para dirigir todos los PBLs que se trabajen, debe controlar que los alumnos puedan acceder a la información y para ello debe poseer un material diverso preparado de antemano, debe plantear una temporalización bien meditada, debe controlar el funcionamiento del grupo, etc… Como vemos, no es tan sencillo. De aquí se deriva el hecho de que algunos profesores se resistan a cambiar: el papel de conferenciante les es mucho más cómodo. Es lógico pero ¿qué aprenden nuestros alumnos? Y ¿para qué sirve?
                  La segunda parte de la sesión se la dedicamos a plantear nuestro propio PBL. Nos dividimos en grupos y empezamos a elegir el tema que íbamos a trabajar en nuestro proyecto. En mi caso fue “La Semana de Irlanda”. Teníamos que diseñar el proyecto pensando siempre en que lo estábamos haciendo.
                  El desarrollo del diseño del proyecto sería nuestro objetivo para la siguiente sesión. Así que, una vez concluida la sesión nos marchamos pensando en nuestro PBL.

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